jueves, 30 de junio de 2011

¿Para qué sirve la filosofía?: Función "DES"





































Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se suele hacer con un tono irónico y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado, ni a la Iglesia que tienen otras preocupaciones e intereses. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para "entristecer". Una filosofía que no entristece o no contraría a alguien no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de ésta una cosa vergonzosa. Sólo tiene un uso: denunciar la bajeza de ciertas ideologías que nos comen el coco y nos anestesian. Por eso la tarea de la filosofía se puede expresar en el prefijo "DES" que a veces pronunciamos en voz baja. La filosofía es DESmitificar, DESengañar, DESilusionar, DEScubrir. Se trata sobre todo de razonar críticamente para que no nos emboten la mente con mitos, para que no nos engañen con mentiras confeccionadas desde el poder, para librarnos de ilusiones falsas, para quitar lo que encubre la auténtica realidad. Por eso la filosofía nos pone en carne viva, nos hace lúcidos, nos permite ver nuestro entorno y a nosotros mismos a la luz, aunque esa luz a veces duela, nos mantiene despiertos y vivos


¿Qué destacarías de lo que se plantea en este texto sobre el papel de la filosofía?

¿Consideras que es conveniente despertar del letargo que a veces nos acecha o es mejor permanecer anestesiados para no sufrir?

¿Actualmente estaría de moda esta manera de vivir la vida o se venden mejor otros modos de supervivencia? ¿Por qué y a quién serviría el que los seres humanos pensemos poco o pensemos teledirigidos?

¿Qué es filosofía?

Preguntas típicas de la filosofía

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miércoles, 29 de junio de 2011

No me conteis más cuentos


NO ME CONTEIS MÁS CUENTOS

Ya se han contado todos,
todos se han dicho y han escrito
y todos se han ovillado y archivado.

Los ha contado un viejo patriarca
los han cantado el coro y la nodriza
los ha dicho un idiota lleno de estrépito y de furia
se han grabado en la ventana y en la rueda
se han guardado en cajas fuertes las matrices.

Hay réplicas exactas de todas las tragedias
discos fonográficos de todas las salmodias
y placas fotográficas de todos los naufragios.
Ningún cuento se ha perdido.

(...)

SÉ TODOS LOS CUENTOS

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos
Y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos
Y sé todos los cuentos

(Poema de León Felipe)


¿Qué te sugiere este poema?
¿Podrías poner nombre y apellido a algunos de esos cuentos?
¿Es mejor dormir anestesiado con cuentos o vivir despierto con lucidez sufriente?

¿Que función podría ejercer la filosofía en relación con los cuentos, mitos, falsas ilusiones?

martes, 28 de junio de 2011





POR QUÉ ? ? ?



Cuentan que, cuando al torero Rafael Gómez Ortega, «el Gallo», le presentaron a Ortega y Gasset como el más eminente filósofo español, el matador pidió al filósofo que le explicara en qué consistía su profesión. «Los filósofos –le dijo éste- se dedican a pensar, a preguntarse qué somos, de dónde venimos y a dónde vamos». Asombrado, el Gallo contestó: «Hay gente pa tó».

En efecto, a los filósofos les da por hacerse preguntas raras como ¿Quiénes somos, qué pintamos aquí, cuál es el sentido de la existencia y cosas así, pero si hay una pregunta que muestra perfectamente la perplejidad con la que el filósofo se enfrenta a su tarea es la siguiente: ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Por qué vivimos, porqué morimos, por qué el mundo es así, por qué nos preguntamos tantas veces “por qué”?

Pues bien, hace poco me contaron que en un examen de filosofía de fin de carrera, se planteó a los futuros licenciados esta única y trascendental pregunta “¿Por qué?” En eso consistía todo el examen “¿Por qué?” y los alumnos tenían simplemente que desarrollar esa cuestión como quisieran, aplicando para ello todos los conocimientos aprendidos durante los estudios.

En fin, dicen que la nota más alta la obtuvo un alumno que a esta  lacónica pregunta de “¿Por qué?” respondió con una respuesta no menos lacónica: “¿Por qué no?”

No sé si la anécdota será cierta o se trata de un mero chascarrillo, pero aunque así fuere, nos deja unas cuantas lecciones que podríamos comentar.

En primer lugar, la lección de la brevedad. Hay muchos filósofos que se lían dando vueltas a las ideas, como si la profundidad del pensamiento residiese en el retorcimiento y la obscuridad de las frases. Y ya Decía Gracián que “Lo bueno si breve, dos veces bueno” o, como se reescribe ahora, “Lo bueno, si breve, dos veces breve”. Pues bien, nadie negará que la respuesta a una pregunta tan breve y también tan abierta fue una respuesta igual de breve e igual de abierta.

En segundo lugar, la retranca. Por dos motivos: primero, porque muy al estilo gallego y muy al estilo también filosófico responde a una pregunta con otra pregunta. No en vano dicen que la filosofía  se centra más en las preguntas que en las respuestas. Y segundo, porque si el tribunal que puso la prueba pudo recurrir –que no lo creo- a una pregunta corta y cómoda, que no daba ningún trabajo y que a cambio exigía una respuesta larga y trabajosa, el alumno en cuestión pudo devolverle con la misma moneda, dando una respuesta corta que era una verdadera carga de profundidad.

Y esta es la tercera lección, la de la profundidad. Porque considero que la pregunta, bajo su aparente simplicidad, era una pregunta muy profunda y la respuesta no lo fue menos.

Veamos. En realidad, la filosofía, como ya hemos dicho, es la ciencia de los “porqués”, esto es, busca las causas de todo lo que existe: Por qué existimos, por qué somos lo que somos; por qué pensamos y desvariamos; por qué amamos y también odiamos; Por qué existe Dios, por qué no existe, porqué no sabemos si existe o no existe; por qué no somos nosotros dioses y tenemos que morir.

Desde los presocráticos que se preguntaban por los últimos elementos constitutivos de lo real, esto es, por el origen del mundo hasta los filósofos modernos que, como Marx, indagan en las causas de la desigualdad o que, como Freud, buscan las raíces inconscientes de nuestra peculiar forma de actuar, todos los filósofos no han cesado de preguntarse ¿por qué?

Todos los pensadores a lo largo de la historia intentaban buscar argumentos, razones y recurrían a la lógica para explicar todos los porqués que se les pusieran por delante y esta tendencia se agudizó con Descartes y todo el racionalismo. Hasta la voluntad, de la que hablaban los filósofos antiguos, se entendía como un acto conciente, regido de alguna manera por la razón y los principios de la ética.   

Pero la filosofía moderna es algo más humilde: Se da cuenta de los límites del conocimiento humano, de las poderosas fuerzas sociales que regulan nuestra vida, de las razones inconscientes de nuestras actuaciones más o menos voluntarias. Por eso, la respuesta “Por que no” que da el alumno es tan brillante. Porque, renuncia conscientemente a buscar razones o a hacer silogismos sobre las causas de todo lo que existe, nos sucede  o nos espera, y en una actitud entre agnóstica y escéptica, pero siempre voluntarista y optimista, se limita a decir ¿Por qué no? Por qué no vivir, por qué no luchar, por que no amar…? ¿Por qué no intentarlo?  

En una palabra, la pregunta “¿Por qué?” va al origen de las cosas y se centra principalmente en el pasado. En cambio, la respuesta “Por qué no?” mira más bien al futuro, a lo que está en nuestras manos, a lo que podemos, dentro de nuestra pequeñez, hacer. Ya decía Marx que la filosofía anterior se había centrado en explicar el mundo y que era hora de empezar a transformarlo. El alumno de la anécdota parece situarse más bien en esta nueva perspectiva. Y por eso su breve respuesta es doblemente buena.
Jesús Grisaleña

Poemas filosóficos


Poemas filosóficos 2


¿Qué es el ser humano?























¿QUÉ ES EL SER HUMANO?
























El ser humano es:

  • un animal racional,
  • un animal político,
  • un alma racional que dirige a un cuerpo mortal y corruptible,
  • un lobo para los otros hombres,
  • una caña pensante,
  • un error de la naturaleza,
  • una pasión inútil,
  • una máquina viva compleja,
  • un ser para la muerte,
  • un interrogante para sí mismo,
  • una conciencia que busca sentido
  • un.......



¿Cuál de estas afirmaciones te parece más acertada?

¿Qué otras definiciones del ser humano añadirías?

Poemas filosóficos 3


domingo, 26 de junio de 2011

"Vida" (Filosofía y poesía)







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Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada o después de todo,
supe que todo no era más que nada.

Grito ·¡Todo!" y el eco dice ¡"Nada"!
Grito ¡"Nada"! y el eco dice ¡"Todo"!
Ahora sé que la nada lo era todo
y todo era la ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada,
era ilusión lo que creía todo
y que en definitiva era la nada

Qué más da que la nada fuera nada,
si más nada será después de todo,
después de tanto todo para nada.


Esta poesía de José Hierro posee un gran contenido filosófico y, aunque parece un trabalenguas, si la leemos despacio y reflexionamos sobre ella, encontraremos un sentido, un mensaje, un sentir sobre la vida, que podríamos rechazar furiosamente o aceptar estóicamente

¿Cómo resumirías el contenido de esta poesía? ç

¿Consideras que lo que afirma es aceptable o no? ¿Es pesimista, realista, exagerado, o...? ¿Da paz o produce zozobra?


¿Con qué corriente filosófica identificarías lo que este poema plantea?